¿Cómo gestionamos nuestras emociones?

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¿Cómo gestionamos nuestras emociones?

Sentimos, pensamos y actuamos; sentimos, pensamos y amamos; sentimos, pensamos y lloramos.

Para todo esto es necesario sentir emociones, sin embargo ellas tienden a controlarnos a nosotros.

Todos tenemos conocimiento de las emociones tal vez no todas pero si muchas de ellas, las más comunes son la sorpresa, la felicidad, tristeza, miedo, enfado y asco, tenemos otras tales como, la ansiedad, la alegría el alivio, el aburrimiento y muchas más, estas como veremos en el programa “Tu poder elemental” sus tipos son innatas, se contagian, se comunican, son internas y externas, lo cierto es que aunque unas sean más prologadas que otras,  todas tienen una duración no son eternas, son momentos, energías, tendencias, en la astrología la Luna es quien nos llena de su onda de emociones y sentimientos, Los signos de agua son más sensibles a los sentimientos escorpio, cáncer y piscis.

El sentir es esa sensación innata en nuestro cuerpo que se produce y al colocarle un nombre se convierte en emoción,  para nuestra salud mental es mucho más conveniente detectar la emoción que se está experimentando, analizar con la intensidad que viene a nosotros para poder gestionarla ya que algunos somos más sensibles que otros; todos sentimos, ahora los nacidos bajo signos de agua tienden a sentir con más frecuencia y a estar más familiarizados con esto, los de fuego son más impulsivos “sentir-actuar”, los de tierra son temerosos al sentir, ya que no están acostumbrados a esto y es más complicado para ellos controlarlos.. Por ello, debemos aprender un poco de Inteligencia Emocional

Entonces, pensamos y luego sentimos.

Pensar es analizar lo que estamos sintiendo, nuestro cerebro lo convierte en imágenes, figuras, palabras, frases, voluntad, iniciativa, nosotros somos más complejos y lo llevamos a un plan, estrategia, objetivo, meta, al fin y al cabo se traduce en una acción.

Se dice muy sencillo ¿cierto? Pero en la práctica no es tan sencillo, los sentimientos y emociones invaden nuestro cuerpo, dejándonos indefensos ante esos impulsos e impotencias, nos ciegan, nos agobian, abruman, alejan, nos hacen más sociables, depende de lo que sintamos, la realidad es que nos hacen vulnerables ante los demás.

Diciendo o haciendo cosas que no queremos por no pensarlas bien, o tal vez si lo pensamos  MUY BIEN y tomamos la acción pertinente y mientras esa emoción está transitando por nuestro cuerpo, al pasar el tiempo minutos, horas  o días que la emoción se vaya desvaneciendo o cambiando, es cuando veremos claro el panorama , y ¡Oh Oh! No debí decir o hacer, es normal nos sucede a todos, es  difícil controlar lo que sentimos, a veces pienso que es casi imposible, una batalla perdida entre las hormonas o la falta de hormonas no lo sé bien lo que si se es que también influyen las fases de la luna  agregándole un grano de falta o sobra de serotonina y dopamina.

Un mar de emociones que pueden pasar por ser muy feliz y eufórico, a sentir vergüenza y miedos, y pasar por la tristeza y/o rabia, Lo siento mis soñadores esta vez no les tengo la receta mágica, el No sentir no existe, ya que incluso NEUTRO es un estado de ánimo, y si podemos aprender a estar en neutro mucho tiempo, pero en algún momento la vida nos va a empujar para que nos transformemos, y el salir del Neutro a cualquier otra emoción créanme que por experiencia es muchísimo más complejo, no sería una Ola de emociones ni un mar, eso es un diluvio, un tsunami, de emociones y sentimientos locos, profundos, descontrolados e intensos aquí mis queridos amigos la única solución que les tengo es que nunca dejen de sentir.

Aprendamos a ser expertos en el tema, Sentir una nueva asignatura que tenemos pendiente, seamos expertos identificando emociones colocándoles nombres, posiciones, colores, todo en tu interior, sin caras externas para no lastimarnos, comencemos a gestionarlas efectivamente respirando, orando, meditando, escuchando música, bailando, comunicándonos, escribiendo, trabajando, sin huir, que la mejor herramienta la tiene nuestro cerebro y esa es “que sabemos que las emociones no duran para siempre” si el amor tampoco, vivamos el sentimiento como parte de nosotros, practiquemos catarsis, cantemos, gritemos, corramos, lo que te haga calmar la sensación de querer actuar en contra de tu voluntad e intuición, espera que pase, y luego piensa, analiza ¿me sirve de algo esta emoción? ¿Me ayudara a alcanzar mis objetivos? ¿Me beneficia en algo? ¿Va en sintonía con mi valor propio? ¿Con lo que quiero para mi plan a futuro?

Reflexiona, medita, recuerda que tu sientes solo por ti, no por los demás, lo que tu sientes no tiene por qué sentirlo otra persona, y tampoco es responsabilidad de alguien el que tu sientas eso, recuerda que la felicidad está en ti mismo y nadie puede hacerte sentir absolutamente nada sin tu consentimiento previo.

Acepta, cede, y no le des importancia a las acciones de los demás (acción: impulso, tendencia, palabras) si no nutre positivamente tu alma, no le des un espacio en tu vida, sé que duele, pero el dolor también es un sentimiento y ¿Recuerdas nuestro secreto? No durara para toda la vida, durara lo que tenga que durar para dejarte el aprendizaje necesario para tu conocimiento interno, no más que eso.

El pensar tampoco es tan sencillo ya que viene atado con nuestras emociones, allí es donde entran nuestras ENTRAÑAS, si leíste bien, yo creo fielmente que nosotros no pensamos únicamente con la cabeza, también pensamos con el corazón, con el alma, con el espíritu, con nuestro órgano sexual, y con nuestras entrañas, amigos míos para mí, el más inteligente es el estómago sin lugar a dudas.

La cabeza, el cerebro, la mente, es engañosa, juega con nosotros ¿sabían que cuando estamos deprimidos, molestos, desconsolados, nuestro cerebro tiene la tarea de enviarnos más información de este tipo?

Tu cerebro es “engañoso” es sin querer, recuerden que es una máquina, pero si, el busca en su base de datos más información similar a esa para seguirte el juego y ¿adivinen qué? Cuando no la consigue, la inventa, el rellena los espacios vacíos, así que no le creas todo a tu mente; el corazón no tengo mucho que explicar, el corazón es ciego, no entiende de razones ni porqués; para mí el espíritu es uno de los más coherentes, donde se alojan los valores, principios, nuestra conciencia, pero algunas veces es muy rudo, y tajante, y por querer siempre hacer el bien y lo correcto se olvida de ser feliz, del amor propio, aunque dicen que al final del camino compensa hacerle caso.

El alma, para mí el alma es lo más bello dentro de nuestro ser, es nuestra esencia, es la que sabe todo de nosotros y no solo la historia si no como nos sentimos, que queremos, que soñamos, pero el alma incluye miedos, traumas, decepciones de vidas pasadas, es como un niño inocente feliz pero vulnerable, con miles de experiencias y que a pesar de los fracasos se levanta a seguir soñando, además de esto, lo malo es que nuestra alma le encanta encontrarse con amigos pasados, y cuando consigue a sus semejantes u  otras almas gemelas pasadas, se entrega por completa sin mirar atrás, sin importarle nada más, y esto puede doler mucho más que un corazón roto, el corazón

Dios lo llena con su infinito amor, pero el alma aunque Dios no te abandona, es parte del libre albedrio sanarla tú mismo en tu interior “el alma se sabe sanar sola” y puede que sea más largo el camino.

Nuestro órgano sexual tampoco es mucho lo que tengo que explicar, mientras exista atracción y/o tentación siempre habrá una excusa para nuestro actuar, pero mucho cuidado con la consecuencia de nuestras acciones, toda acción conlleva a una responsabilidad; y finalmente las entrañas ¿han escuchado hablar del colon irritable? Es entre depresión y estrés, nuestro estomago sabe más de nosotros de lo que sabemos, y en él se alojan en su mayoría los efectos y daños causado directamente por nuestras emociones y sentimientos, así que nuestras entrañas han aprendido a cuidarse, tu intuición no te falla, te guía, te mueve, y siempre te dice la verdad, y esta viene desde lo más profundo de tu ser.

Aprendamos a hacerle caso a nuestra intuición, escuchando lo que nos tienen que decir todas nuestras otras cabezas, permitiéndonos sentir sin miedos, conociéndonos a nosotros mismos, sin dejarnos dominar, por todas esas voces internas y muchísimo menos por las externas.

Sintamos, pensemos, y actuemos con inteligencia, para y por nosotros, con amor y respeto a nuestro Yo Superior y nuestro Yo Interno.

 

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